El Trabajador Centroamericano

Un serio intento por construir una

dirección revolucionaria centroamericana


Es indudable que toda la etapa que va desde la ruptura con la LIT-CI (1994) hasta la ruptura del SECA (2007) estuvo marcada centralmente por el esfuerzo de construir una dirección revolucionaria centroamericana que superara las estrechas visiones provincianas de nuestros partidos retomando la tarea histórica de la reunificación de Centroamérica sobre bases socialistas.

Esta dura tarea estratégica se dio conjuntamente con la lucha por un reagrupamiento internacional que nos llevó a la ruptura con la LIT-CI, la construcción del CITO y posteriormente de la LSI, y hacia el año 2007 en el acercamiento a la corriente internacional Socialismo o Barbarie.

El proceso de elaboración marxista de los cuadros centroamericanos que debió hacerle frente a las derrotas de los años 90, nos permitió consolidarnos con caracterizaciones propias erradicando el seguidismo a las corrientes internacionales propias de las décadas anteriores. Sin embargo, el inicio del cambio en las relaciones de fuerzas internacionales con el surgimiento de las “rebeliones populares” a principios del Siglo XXI y los nuevos desafíos que implicó, generó nuevas contradicciones y tensiones nacionales, debido a los desarrollos desiguales de nuestros países, que llevaron a procesos de ruptura en el SECA, (en Costa Rica y Honduras se produjeron luchas fraccionales abiertas o secretas que produjeron la división de los partidos).